La así autodenominada “izquierda abertzale” pretende una vez más burlarse de la justicia española y del conjunto de los españoles, y así poder participar en las elecciones e incrementar de esa manera su menguante crédito político y monetario.
Todos los noticiarios comentan el gran descubrimiento que han realizado los batasunos, y es que según parece, y tras necesitar de arduos esfuerzos intelectuales por su parte, al fin han conseguido discernir que hacer política y asesinar no son sinónimos, que extorsionar empresarios y cobrar cuotas a los afiliados no es lo mismo, que volar casas cuarteles y hacer pegadas de carteles no son actos comparables, y así ad nauseam.
Para ello han echado mano de una trampa semántica como es la de rechazar el uso de la violencia etarra, no condenarla, no, pues no es necesario, sino tan solo rechazarla, pues en el no va mas de su desvergüenza ellos mismos explican que ya tan solo con su rechazo se cumple el mínimo requisito exigido por la Ley de partidos, y así poder presentarse a las elecciones si cuela este enésimo intento de engaño, lo cual da idea de la sinceridad de su rechazo a la violencia, si es que aún fueran necesarias más pruebas.
Sí, han realizado un autentico lavado de cara al edificio “político” de ETA, han remozado su fachada, han colocado un par de geranios en sus balcones, y pretenden convencernos de que está listo para ser habitado por personas normales, pero no hay que engañarse; tras de esos muros que nos muestran, la podredumbre hiede, la mugre infecta sus almas y las ratas son los verdaderos habitantes de su “nueva” Batasuna.
No, nos dejamos engañar por ellos, no daremos cédula de habitabilidad a esa covacha infecta de chinches, y exigimos a nuestros gobernantes a reaccionar como deben (que sea al menos por una vez) y que procedan a derruir de una vez y para siempre ese antro de infección y cucarachas inmundas, que estamos ya ahítos de lagrimas, las que hemos tenido que derramar por las victimas que han provocado al "hacer política".
JESEG
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